viernes, 26 de diciembre de 2008

Marco


Adriana tenía un gato. Su gato se llamaba Marco. Marco un día se fue de casa y se dedicó a viajar. Se hizo un gato trotamundos. Seguramente, fue atraído por el olor a pescado de las colas de las sirenas de las playas de Cumaná y se hizo al mar. En barcos de petróleo, con marineros noruegos y buques de piratas de lenguas muy extrañas, Marco recorrió los mares y puertos extranjeros.  Se talló varios tatuajes y conoció gatitas francesas; de labios rojos y  seductores maullidos que decían: Je t’aime.

Adriana extraña su gato, sin embargo ella sabe que a los viajeros felinos no se les puede detener los pasos. Marco se hizo mar y Adriana le escribió una tierna despedida, de esas que hacen burbujitas en los ojos de quienes amamos los animales. La despedida está escrita en su blog, que pueden rastrear desde estos tejados: http://www.lamanosigilosa.blogspot.com/. Y también pueden votar por ella para el concurso “1 año en un post. Y si mi historia no les convenció, déjense persuadir por la ternura de la mirada de Marco.

Carolina

8 comentarios:

@adncabrera dijo...

¿Podría decirte querida Carolina? Bien. En efecto, Marco ha estado por todos esos lugares, y también es un gato volador. Tuve que escribirlo para que no se me fuera del alma. Tú me has entendido y yo te agradezco el amor que le pusiste a tu relato-petición. Marco también te agradece.

Carolina dijo...

Adriana:
No se puede salir inmune de relaciones tan cercanas y queridas, como seguramente fue la tuya con Marco. Mi brevísimo texto sólo trató de buscarle puertos a ese gato andante. Pero bien tú sabes que el puerto más seguro está en el corazón. Y en el tuyo debe estar Marco con sus maullidos y bolas de estambre.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Carolina y Adriana: ya leí,fui al blog, le di al botón y apoyé a Marco, pero no tengo idea de si así funciona el asunto. ¿Hay que registrarse o algo por el estilo?

Saludos.

Carolina dijo...

Hola, Gustavo, sí sólo tenías que pulsar el botón votar y listo. Debió salir un letrero en la parte superior donde te indicaba que votaste. Gracias.
Y qué bueno que reaparecieras, ¿cómo van las vacaciones?

Humanoide dijo...

A mi, me convence la mirada del felino.

RebecaTz dijo...

Sí que me convenció tu historia y, por supuesto, fui de visita a conocer la otra.
Quedé con el corazón encogido.... :(
Ahora mismo iré a abrazar a mis dos gatos.

¡Saludos!

Adela dijo...

Carolina:
Me uní a los lectores de este artículo porque voy a introducir en mi blog un comentario simpático sobre un gato intruso en mi librería,y quisiera hacerle un link incluso, sin embargo me tropecé con tantas cosas lindas de tu sitio que tuve que hacerme una cuenta por ahí para poder escribir este comentario.
Desgraciadamente aquí, en Cuba, no te conocemos como escritora, pero he disfrutado tanto, nada más y nada menos que estos comentarios entre ustedes, sobre todo del artículo de Condorito, que voy en busca de algún amigo que me consiga uno de tus libros urgentemente. Leyendo, me sentí como si los estuviera espiando por una rendija, y hasta culpable fui de reirme de confesiones, pero eso está ahí, a los ojos de todos, así que yo misma me exoneré y seguí disfrutando de ese diálogo rico que crearon y que merece tanto ser publicado como el artículo mismo. Seguiré tu blog con frecuencia. Un saludo.ADE

Carolina dijo...

Hola, Adela, gracias por tus visitas (a escondidas). No te preocupes, los espías también son bienvenidos. Los tejados a veces se llenan de gatos y ya todos sabemos el escándalo de una reunión de gatos.
Saludos :)