Elisa fue sola al cine el día de su cumpleaños, lo sé porque yo estaba detrás de ella en la fila para comprar los boletos. También sé que se llama Elisa porque mostró su cédula de identidad para comprobar que en efecto era el día de su aniversario y así poder gozar del combo cumpleañero, cortesía de la casa: pagaría sólo la mitad de la entrada y la empresa le obsequiaría unas cotufas con refresco. ¡Feliz cumpleaños, Elisa!, le deseó con una gran sonrisa la muchacha de la boletería al mirar su cédula. La mujer agradeció la felicitación con un gesto que no llegó a ser una sonrisa completa, sino apenas un asomo de reservada cortesía…
El resto del cuento lo pueden leer en los Cuatrocuentos del Cuatrero.
Ilustración: Stu Mead
4 comentarios:
Excelente reflejo de la soledad, Carolina, y tan ciertas las palabras del payaso "todos estamos solos", que sintetizan de algún modo lo planteado. Me parece que el propio narrador vive una experiencia catártica al tratar de aportar a Elisa lo que quizá él mismo necesita (me viene a la mente el reflejo en que tantas veces nos contemplamos.)
Tengo que ver la película.
Gran relato, ¡un saludo!
Hola, Andromeda, ese payaso es filosófico. Y todos en ese cuento están solos; así que la cosa es un desamparo colectivo.
En cuanto a la película, es muy buena opción. Eso sí, no la veas si estás triste.
Un abrazo para ti.
La verdad siempre consideré algo triste ir al cine solo, o comer solo. Creo que ni siquiera me he animado aún a ir a tomar un café a un bar sola.
Debo aprender a disfrutar de mi compañía a solas creo.
Hola, Kitty, debe ser muy triste que una persona vaya sola al cine, sobre todo el día de su cumpleaños. Pero, bueno, al menos se compró su cajita feliz.
Saludos para ti.
Publicar un comentario