Elisa fue sola al cine el día de su cumpleaños, lo sé porque yo estaba detrás de ella en la fila para comprar los boletos. También sé que se llama Elisa porque mostró su cédula de identidad para comprobar que en efecto era el día de su aniversario y así poder gozar del combo cumpleañero, cortesía de la casa: pagaría sólo la mitad de la entrada y la empresa le obsequiaría unas cotufas con refresco. ¡Feliz cumpleaños, Elisa!, le deseó con una gran sonrisa la muchacha de la boletería al mirar su cédula. La mujer agradeció la felicitación con un gesto que no llegó a ser una sonrisa completa, sino apenas un asomo de reservada cortesía…
El resto del cuento lo pueden leer en los Cuatrocuentos del Cuatrero.
Ilustración: Stu Mead