lunes, 30 de mayo de 2011

Entre paisanos te veas


Hace unos meses escribí una historia que implicaba a José Gregorio Hernández (un médico que se convirtió en el santo más popular de Venezuela) y Rafael Rangel (un científico, paisano del santo, que se suicidó con cianuro), entre otros personajes. Ambos fueron contemporáneos y, al parecer, coincidieron alguna vez en París. Sobre la relación entre estos dos hombres existen varias leyendas; la más corrosiva cuenta que Hernández menospreciaba a Rangel, a quien alguna vez tildó de loco y sobre quien hizo alusiones racistas (eso dicen). Con el tiempo, José Gregorio Hernández se convirtió en el santo médico de los pobres y Rafael Rangel, simplemente, pasó al retiro del olvido. Con estos personajes de trasfondo escribí "Los muchachos Karamazov", un cuento con el que obtuve el 3er lugar en el Concurso de Cuento de la Policlínica Metropolitana de Caracas y que el 29 de mayo de 2011 fue publicado en el portal Prodavinci. Lo curioso es que la semana pasada fue decapitada una escultura de José Gregorio Hernández en una población venezolana, lo que ocasionó el levantamiento del grito al cielo de la sociedad católica y la sociedad en general.
A veces la literatura sirve de oráculo. ¡Zas!

Ilustración: Efraín Ugueto

2 comentarios:

mario skan dijo...

El libro de Sergio Chejfec, Baroni, un viaje, describe algún retazo de vida del santo milagrero. No te lo podes perder. En cuando a tu premonición, yo creo que es la hora de poner un cosultorio. ja

saludos

Carolina dijo...

Sí, Mario, Baroni es una novela de culto entre los seguidores de Chejfec, pero aún no leo nada de él.