domingo, 31 de julio de 2011

La vida de los mismos

Hay escritores que la incitan a una a meterse en algunos caminos, a arrimarse a ciertos precipicios, a mirar pa´dentro. Pienso en el oscuro e intimista Lobo Antunes, en el afanoso Roberto Arlt, en el entrañable Tomás Eloy Martínez, en la sutil Marina Tsvietáieva, en la sagaz Elisa Lerner; pienso en tantos queridos escritores. Gracias a estos nombres, me he asomado a la crónica, he dado algunos torpes pasos, las escribo como si fuesen páginas de un diario. Un diario que un día se convirtió en un libro y cuyo título me regaló Luis Moreno Villamediana: La vida de los mismos, el libro que la semana pasada se ganó el premio Stefania Mosca, en su segunda edición, mención Crónica. Hoy recibí el suplemento cultural de Ciudad Caracas, donde aparece una muestra, me sentí rara, el diario abrió sus páginas al público.


viernes, 22 de julio de 2011

El Equanil va por dentro

Renato:

A tu edad, la muerte no es un presentimiento sino una certeza, así que no fue una sorpresa el anuncio de tu partida el día después del solsticio de verano en esos países donde los hay, porque tú bien sabes que en el nuestro no sabemos de estaciones. Aquí llueve y escampa, nomás. El 22 de junio ocurrió: te fuiste, aunque tu retiro público ya había sido emprendido hacía tiempo. Hace años te retiraste a un lugar alejado, apartado del ruido de las autopistas. Nada idílico acompañaba tu aislamiento, sólo la enfermedad, la vejez, ese pesado equipaje de los mortales. Tal vez pensaste que a la muerte es mejor esperarla en silencio y preferiblemente a solas; quién sabe qué pensaste, siempre fuiste algo excéntrico... El resto de la despedida la pueden leer en el sexto de Las Malas Juntas